«Me planto delante del espejo con el pelo revuelto tras la ducha. No puedo dejar de mirar al suelo mientras camino por mi cuarto. Me llevo las manos al pecho… pero no está. Es un vació indescriptible. Era una parte de mi, yo aun la siento, pero no está. Decido ser valiente. Me miro de frente, directamente a los ojos, me estremezco. Dos lágrimas ruedan por mis mejillas despacio, ahora el mundo parece sólo blanco o negro. Mis manos son valientes por mi, me secan las lágrimas, me recuerdan quien soy. Me miro orgullosa, me miro fuerte con el mentón en alto un momento. Me siento vulnerable pero quiero mirar, quiero reencontrarme conmigo misma, con mi nueva yo. Entonces la toalla se cae. La venda se cae. Las cicatrices reinan. Reaparezco»
Cuando debes enfrentarte a algo tan duro como un cáncer, una enfermedad que puede literalmente quitártelo todo, estar vivo es el premio. O eso dicen. Pero la realidad es que la cifra de supervivientes aumenta y aumenta cada año. Y ya, sólo sobrevivir no vale. Te has visto la cara con la mismísima muerta, la pena más profunda y el dolor. La vida es mucho más, y lo sabes. ¿ Qué menos que vivirla con plenitud?
La vida es un premio sí, pero para todos, no sólo para quien se enfrenta con un enfermedad como esta. Es sólo que ahora eres más conscientes de ello.
La sexualidad, el disfrute, el juego pasan a un segundo plano, ¿cómo va a ser algo relevante si me estoy jugando la vida? – creerás. Pero ahora toca V I V I R de verdad.
Y cuando creías que el cáncer no te podía quitar más cosas, te das cuenta de que existe una más en la que ha dejado su marca
Hay quien dice que cuando el cáncer entra por la puerta, hasta el sexo sale por la ventana. Pero ¡ eh ! también dicen que no es tan importante, ¿no? ¿O quizás sí?
Sexo y sexualidad NO son lo mismo. El sexo es un acto dentro de la vida sexual de una persona, pero la sexualidad comprende una esfera mucho más amplia donde la señora Autoestima, tiene un papel predominante y tremendamente influyente. Es la reina de las reinas.
Como sabes muy bien, el autoestima, es decir mi percepción de mi misma y sobre todo, cuánto aprecio eso que veo, es la más machacada por la enfermedad. Los constantes cambios físicos, las cicatrices, la pérdida de miembros, los propios tratamientos, la pérdida del pelo, las dolencias, TODO, influye en cómo te sientes contigo mismo. Y a su vez en cómo te relacionas con los demás. Con tremendo panorama, ¿cómo no podría no resentirse?
La realidad, según los últimos estudios sobre el tema, es que entre un 50 y un 100% de los afectados de cáncer sufren algún tipo de alteración en la sexualidad. Son secuelas frecuentes que en muchos casos pueden mejorar notablemente con terapia, pero son de las que más cuesta hablar en consulta. Llevan aparejado un gran impacto negativo en la calidad de vida y favorece la aparición de preocupaciones por la fertilidad. Impacta a su vez en las relaciones con los demás o las parejas. Lo que a su vez, puede llevar a distanciamiento y conflictos en casa. Es un efecto en cascada.
Quizás esto de la sexualidad te pueda parecer de lo menos importante tratándose de un cáncer, algo secundario, ¿verdad? pero no olvidemos que lo índices de supervivencia actuales, por ejemplo para el cáncer de mama son de más del 80%. Es decir, que estas personas, tienen que continuar sus vidas con secuelas de todo tipo que generar un gran impacto negativo en su bienestar y calidad de vida. Y como te avanzaba, la sexualidad es mucho más que el acto de tener sexo con alguien o con uno mismo.
La sexualidad tiene que ver con seguridad, confianza, autoestima, comunicación, miedos, ansiedad, vivencias previas, cultura, estado de ánimo, creencias preconcebidas… Como dice la psicóloga y experta en sexualidad Elena Crespi: «la sexualidad son como las capas de una cebolla», es tremendamente complicada y muy personal.
Por eso, hoy quiero poner los primeros ladrillos para que comprendas mejor qué te pasa. Hoy te cuento, tumor a tumor cuáles son la secuelas sobre la sexualidad dejan el cáncer y sus tratamientos.
¿Cuáles son las secuelas en la sexualidad más habituales?
No todas las personas tendrán problemas en este sentido, pero si que se ha observado que al menos la mitad y hasta un 100% de las personas con cáncer, sufren algún tipo de alteración sobre la sexualidad en algún momento del proceso. Son muy habituales.
Suelen experimentar más problemas sexuales las personas que han sufrido la enfermedad en áreas pélvicas y relacionadas con la función sexual, así como aquellos cuyos tratamientos afectan a la función hormonal. Como ves, si te pones a calcular ¡ muchos tipos de cáncer ! Pero vamos por partes.
Cáncer ginecológico
En términos generales, las alteraciones que aparecen con mayor frecuencia son:
La dispareunia (dolor durante o después del coito), actividad y deseo sexual reducidos, alteraciones en la imagen corporal y ansiedad relacionada con el acto sexual en sí mismo.
Respecto a la pareja, suele ser habitual que:
Dificultades para mantener los roles sexuales previos, un mayor distanciamiento emocional con la pareja y un cambio en la percepción del deseo del compañero sexual
Cáncer de ovarios
Las supervivientes, suelen manifestar frecuentes secuelas a nivel sexual sobre todo en los niveles y satisfacción sexual respuesta de una falta de interés en el sexo.
Además, las limitaciones físicas como la sequedad vaginal, que llegan incluso a impedir la realización de la actividad sexual afecta a las relaciones con la pareja.
Cáncer de cuello de útero
En este caso, las supervivientes, presentan de entre un 59 a un 100% alteraciones en la sexualidad.
Entre los síntomas más comunes, suelen informar de dispareunia, dolor abdominal e intensidad reducida del orgasmo, además de falta de lubricación, un menor deseo sexual y una activad sexual reducida. En la mayoría de los casos como consecuencias de los tratamientos como la radioterapia.
Por otro lado, aparece además, miedo a dañar los tejidos que han sido intervenidos durante las relaciones sexuales, miedo a que el sexo pueda empeorar su condición y miedo a contagiar a la pareja sexual, sentimientos que afectan negativamente a la función sexual.
Cáncer de endometrio
Presentan un mayor riesgo de padecer alteraciones sexuales que la media comparadas con la población en general, desarrollan sentimientos negativos acerca de su propia imagen, que habitualmente compromete negativamente su calidad de vida.
Cáncer de mama
Las alteraciones sexuales son comunes, afectan al 77% de los pacientes (también los hombres pueden padecerlo) y persisten después del tratamiento. Relacionados con aspectos psicológicos, físicos, fisiológicos y de relación de pareja.
Se ha observado como en todas las fases de la respuesta sexual de estas pacientes, la radioterapia y quimioterapia han afectado negativamente. Así como una reducción inmediata de la actividad sexual en aquellas personas que han sufrido una mastectomía, aquellas sobre las que se ha empleado aromatasas que pueden exacerbar los síntomas de la menopausia.
En este grupo de pacientes, los síntomas más habituales son: la sequedad vaginal y la pérdida de lívido, la dispareunia, anorgasmia (ausencia o deficiencia del orgasmo durante el acto sexual) y las alteraciones en la imagen corporal. Además, en mujeres mayores de 40 años, existe un menor interés sexual.
Cáncer de testículos
Estos hombres, suelen mostrar menor deseo sexual, menor actividad, una menor satisfacción con las relaciones y más disfunción evacuatoria y eréctil y preocupación por la fertilidad.
Por el contrario, los pacientes que tienen pareja, muestran una mejor función sexual.
Es necesario destacar que las alteraciones se producen más en hombres de mayor edad, que no tiene pareja, una ansiedad elevada, baja testosterona y han sido sometidos a radio y quimio.
Cáncer de colon y rectal
Las alteraciones sexuales afectan más a las mujeres en este caso. Y lo sufren más las personas de mayor edad, bajo nivel educativo, un peor funcionamiento psicológico, sin pareja, con síntomas de ansiedad y estrés postraumático.
En los hombres también se observan alteraciones, sobre todo relacionadas con la difusión eréctil. Más frecuente en hombres que han recibido radio y quimio antes de la operación y con peor apoyo social.
Cáncer de próstata
Es frecuente que exista una sensación de pérdida de la masculinidad que aparece después de los tratamientos. Sobre todo en aquellos hombres que sufren por ejemplo deformaciones en el pene y disfunción eréctil. A veces, ademas, se observan poco deseo sexual y disfución eyaculatorias y orgásmica.
Y en general, ¿cómo afecta cada tratamiento a la sexualidad?
Cirugía
Casi todos los pacientes oncológicos deben someterse en mayor a menor medida a ella para erradicar su tumor. Durante el período previo a la intervención, es muy probable que experimentes una gran disminución de la lívido debido a la ansiedad y el miedo que conlleva una operación. A lo que hay que añadir que la cirugía se relaciona con un sentimiento de amenaza vital, que además tendrá efectos no sólo estéticos, sino funcionales.
En estos momentos, aparece sentimientos de anhedonia (se pierde la necesidad de realizar actividades placenteras), entre ellas practicar sexo. Prima el instinto de supervivencia frente al de reproducción. Durante el periodo postquirúrgico varía en función del área corporal comprometida y posteriores tratamientos.
Quimioterapia
La mayoría de pacientes que inician la quimio, suelen hacerlo tras la cirugía. Aun estamos en una fase en la que se prioriza la curación frente otros aspectos, como puede ser la vida sexual. Frente a la amenaza que supone el cáncer, estos otros aspectos parecen banales y pierden prioridad.
Precisamente se ha identificado la quimio como un potente inhibidor de la función sexual y es durante este tratamiento cuando se detectan la mayor parte de alteraciones. Frecuentemente se produce una interrupción de la vida sexual durante esta etapa.
En términos generales se puede experimentar náuseas, vómitos, fatiga, alopecia, alteraciones del sistema inmune, etc. Lo cual repercute en la funcionalidad, pero también en la estética. Afectan mucho a la persona que las está padeciendo. Añadiendo un motivo más a la reducción o desaparición del impulso sexual. Los últimos estudios demuestran que la quimioterapia además, altera los ciclos hormonales de la persona afectada. Lo que lo convierte en un motivo fisiológico de las alteraciones.
Radioterapia
Al ser un tratamiento casi a diario interrumpe muchos plantes sociales, laborales y personales, entre los que se incluye la vida sexual. impidiendo la adaptación o el olvido deseado por mucho afectados.
La radioterapia no es un tratamiento inocuo, pero sí que sus secuelas suelen ser reversibles. Es frecuente que los pacientes que lo han pasado experimenten fatiga tras el tratamiento.
Hay que tener en cuenta también la zona en la que la radioterapia ha sido aplicada. Si es una zona implicada en la sexualidad o próxima a ella, las repercusiones aunque temporales en muchos casos, son inevitables. Habiendo consecuencias directas cuando se radia sobre la zona en sí o nervios asociados; y consecuencias indirectas cuando afectan zonas como por ejemplo las mamas.
La incomodada, el dolor, las molestias que puede generar, influyen fuertemente para que la persona afectada no se sienta inclinada o con ganas de mantener relaciones sexuales, sobre todo si se tarta de zonas erógenas o relacionadas directamente con la sexualidad.
Hormonoterapia
Es uno de los tratamientos que más influyente a nivel sexual.
Por ejemplo, en mujeres afectadas de cáncer de mama, es muy habitual el uso de Tamoxifeno u otros fármacos con la misma función de inhibición hormonal. Los síntomas que genera son muy parecidos a los de una menopausia natural: sofocos, escalofríos, dolor en las articulaciones y músculos, disminución del impulso sexual, aumento de la sequedad vaginal, dispareunia, etc. Por lo que de por sí y encima con las consecuencias que genera, es un potente inhibidor de la actividad sexual.
Otros efectos de esta terapia, aunque no generan por sí mismo alteraciones en la sexualidad, de forma colateral sí que lo hacen. Es frecuente que la hormonoterapia aumente las ganas de comer compulsivamente, que pueden llevar a un aumento de peso que impacta negativamente sobre la autoimagen. Un factor clave para el desarrollo de actividad sexual.
A lo que se suma la influencia a nivel del estado de ánimo. Haciendo que éste varíe con más facilidad (labilidad emociona), aumente la irritabilidad, ansiedad e incluso estados de ánimo depresivos.
Hablamos de tratamiento que se prolongan entre 5 y 10 años. Los último estudios demuestran que la combinación de quimioterapia y hormonoterapia (actualmente muy frecuente por protocolo) son un factor potente que facilita la disfunción sexual, con mucha más probabilidad que si se aplicaran cada uno de estos tratamientos por separado.
Psicofármacos
¡ Tachán, tachán! Tomamos por ejemplo antidepresivos, para ponernos contentos, PERO, la química en el cerebro no es tan simple. Los psicofámracos son potencialmente inhibidores de la respuesta sexual. Sí, todos los psicofármacos merman la respuesta sexual normal de la persona que los toma.
Como sabes, la aparición de estados depresivo y ansiosos pueden prolongarse y generar trastornos más serios que podrían requerir medicación. Estos son los fármacos de los que te hablo y que suelen acompañar a muchas personas durante y después del proceso oncológico por el impacto emocional que genera.
Pues bien, fíjate si esto de la sexualidad es complejo con y sin cáncer, que factores como una peor apoyo social, un peor ajuste psicológico, el dolor, la ansiedad o la ira, afectan negativamente a la función sexual.
Si tienes dificultades de afrontamiento, de aceptación, de adaptación, aparecen la depresión o la ansiedad, también influyen negativamente.
Los problemas previos de pareja también hacen mella, así como si estamos en épocas de pérdida de trabajo, sobrecarga o frustración.
¿Y esto cómo se soluciona?
Como ves, son muchos los factores que influyen en cómo vivimos nuestra sexualidad tras un cáncer. Es de las cosas que se trabajan en consulta sobre la que más elementos personales y externos influyen para que funcione correctamente.
Motivo por el que es algo que debe trabajarse personalmente con cada uno en consulta, no valen los trucos para todos, pues las vivencias e historia sexual de esa persona y de la pareja son determinantes para establecer qué deben hacer.
Sin embargo, dos puntos serán fundamentales para empezar a poner los cimientos de tu bienestar sexual:
Habla de los cambios que vas notando con tu pareja, con tus amigas, con otras personas que están o han pasado un proceso similar. Permítete darle la importancia que tiene, porque la tiene. Una sexualidad plena y saludable es el indicador de que otros aspectos de tu vida funcionan bien. Permítete quitarle la etiqueta de tabú al sexo y la sexualidad.
No se trata de venirnos ahora a convertir en PornoStars. Simplemente en sentirnos bien con nosotras mismas y volver a disfrutar de nuestros cuerpo a solas y con nuestras parejas. Mírate ante el espejo. Eres perfecta tal y como eres. Cada una de esas cicatrices, cada una de esas arrugas son vivencias, eres tú, son la marca de tu risa, del tiempo que has dedicado a otros. Mírate con cariño, quiérete. Ese cuerpo que ahora te parece imperfecto te lleva por el mundo, te conecta con los demás, te da vida. Quiérete. Se comprensiva contigo. Quiérete tal y como eres, porque no hay dos personas iguales en el mundo, eres única.
Que no te de miedo o vergüenza apoyarte en un profesional para solucionarlo y desenredar esta maraña poco a poco, mereces vivir tu vida con plenitud.
Pero, una sorpresa más para afrontarlo
¡ Te tengo una sorpresa ! La súper psicóloga y sexóloga Elena Crespi te va a contar en este blog con un vídeo que ha grabado exclusivamente para ti los primeros pasos para ponerlo en orden con su artículo correspondiente.
Todo un lujo que te regalo este jueves que viene día 19. Atento a mis Facebook, Twitter e Instagram para ser la primera en leerlo.
Siéntete bien, afróntalo con optimismo y vive sin miedo