Cuando conocí a Cristina o Mamá se va a la Guerra, como la conoceréis mejor vosotras, me asombró. Quien me conoce sabe que no es fácil dejarme sin palabras, soy de esas personas que suele tener réplica, un todoterreno. Pero no ante ella. Me maravilla su entereza, su fortaleza, su corazón, su generosidad. A mi me transmite magia, electricidad.
El día que leí lo que ahora vas a leer, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, me quedé muda. Sólo podría responderle con un abrazo de eso desde los pies, que te envuelven y te rompen para volverte a pegar. ¡ Eres magia Cris, pura magia ! Te debo un saco lleno.
Es un honorazo para mi presentarte a mi 6º
Superheroína: Cristina, una mamá que fue a la guerra y aprendió a vivir.
A: ¿Qué edad tenías cuándo te diagnosticaron cáncer?¿De qué tipo? ¿Cómo era tu vida en esos momentos?
C: Me diagnosticaron cáncer con 27 años.
A: Antes de la enfermedad, ¿habías estado sometido a mucho estrés o alguna situación que te resultara especialmente dura de afrontar?
C: Cuatro meses antes de mi diagnóstico, mi hija pequeña fue diagnosticada de cáncer. Mi vida pasa de ser normal, como cualquier madre con dos niñas, a tener que compaginar mi pequeña de tan solo 4 meses con visitas y tratamientos en un hospital y a la grande de 5 años en casa. Todo un reto para el cuerpo y la mente.
La noticia de saber que mi hija de tan solo 4 meses de edad estaba enferma fue un impacto emocional muy fuerte. Algo que por más que te preguntes día tras día no consigues entender. Y eso es una suma de estrés y malestar muy grande, a la larga con unas consecuencias muy grandes también.
A: ¿Qué tratamiento recibiste?
C: Recibí 28 sesiones de quimioterapia adyuvante y neoadyuvante más 28 sesiones de radioterapia tras pasar por quirófano ( mastectomía radical de mama izquierda con vaciamiento de ganglios).
A: Si tuvieras que elegir, ¿cuáles serían los 3 peores momentos a los que te has enfrentado durante tu proceso? ¿Por qué?
C: Decir a los míos que estaba enferma, me sabía muy mal tener que hacerles pasar por eso.
Saber que no iba a poder estar al 100%100 como merecían mis hijas, ya que los tratamientos te dejan muy chafada.
Y el momento que me comunican que de 8 casos que se conocen como el tuyo (en ese momento y en ese hospital) 7 estaban muertas.
A: Pasar un cáncer es un época de muchos cambios, ¿cuáles tuviste que hacer tú? ¿Qué otros cambios observaste?
C: Intenté llevar la misma vida que antes, que el cáncer no afectara mucho a mi día a día. Hay un tratamiento muy agresivo y hay días que toca parar si o si, pero el resto quise que todo fuera como hasta entonces. Me dio por hacer deporte, cambiar un poco la alimentación. Le hice sitio al cáncer en mi agenda, sin que la ocupara toda.
A: Actualmente dirías que tienes alguna secuela física o emocional, ¿qué ha cambiado en este sentido?
C: Tras la quimioterapia tengo mucha sensación de entumecimiento en las extremidades. La radioterapia me afectó a la voz, ya que me radiaron pecho y cuello y sensación de sequedad en la boca.
Tras pasar por quirófano ya nunca volví a ser la misma, ni física ni emocionalmente.
El brazo izquierdo no tiene sensibilidad de codo para arriba, ya que al extirpar ganglios, nervios etc… se vio afectado. Tengo que tener cuidado, no coger peso, no presionarlo porque puede aparecer el famoso Linfedema, que una vez aparece no se va.
Mi pecho ya no es el que era, pero tiene una gran recompensa llamada vida, tengo que verlo así.
A: La gente de siempre, ¿supo reaccionar o todavía hoy se alejan al sabernos enfermas?
Hay de todo tipo y jamás juzgué a nadie por ello. Cada uno tiene su manera de afrentar las adversidades como mejor sabe o simplemente como puede. Hay personas que nunca dejaron que me derrumbara y otras en cambio simplemente no estuvieron. Pero no pasa nada, hay que dejar que las personas puedan ser libres de reaccionar. Aprendí de los dos tipos de personas, así que ya me aportaron ambas algo bueno, aprendizaje en ese camino.
A: Dime una palabra que resuma los peores momentos con el cáncer
C: MUERTE.
A: ¿Alguna vez te planteaste o te has planteado ir a una Psicooncóloga? ¿Crees que con el apoyo de una psicooncóloga podría haber sido diferente tu proceso? ¿En qué?
C: Fui a dos sesiones, después de ser diagnosticada yo, (llevaba 4 meses con mi hija enferma) y creía que se me iba a quedar grande todo. Deje de ir, pasé tanto tiempo entre hospitales que las horas que tenía libre las quería para vivir.
No puedo contestarte si me hubiera ido bien o no, probablemente sí. Solo se, que tuve la capacidad de afrontar una etapa de mi vida muy dura y larga con mucha entereza. Lo habré hecho mejor o peor, quien sabe, pero si de algo estoy segura, es que lo hice de la mejor manera que supe. Aprendí que el ser humano no tiene límites, nos los ponemos nosotros. Espero no tener que decirte dentro de unos años, – “hubiera necesitado uno” (sonrío).
A: Y, ¿cuáles han sido los 3 mejores momentos de tu proceso?
La cara de asombro de mi doctora, al ver la respuesta tan buena tras el tratamiento, -“no estamos cargando al bicho”.
La cara de mi hija de 6 años, acompañando un -”mami está curada”.
Y darme cuenta que solo tengo una vida, y sonríes porque tienes la oportunidad desde entonces de vivirla de otra manera que antes ni sabías.
A: ¿Ahora eres más feliz? ¿Cuál ha sido tu receta para sentirte mejor?
C: La palabra feliz me es bastante rara de utilizar en mi cuando hablo de sentimientos. Estoy curada de un cáncer que este a la misma vez se llevo a mi hija pequeña. Tengo un sabor agridulce. Diré que ahora “soy” y ser ya es casi todo.
A: En una sola palabra, ¿qué te ha aportado vivir esta dura enfermedad?
C: Aprendizaje.
A: ¿Qué consejo le darías a otra persona en tu misma situación?
C: Que adelante, que se pude, que hay que despertarse todos los días creyendo que sí. Que pueden decirte que tienes la muerte pegada a tú espalda, pero jamás, jamás tires la toalla. Una vez les dije a los míos, -“si esto me mata, que no sea porque se lo puse fácil.” ¡Actitud, mucha actitud !
-“Nunca pensamos que la vida pueda cambiarnos de la noche a la mañana, no la demos por sentada”.
Cristina Inés Gil
Superviviente de Cáncer
#mamasevaalaguerra