«Todo me daba vueltas, me parecía irreal y no sabía bien qué hacer ni qué preguntar»
Recibir un diagnóstico de cáncer, como sabes, genera una sensación de irrealidad, enfado y otras muchas reacciones que hemos comentado en otros artículos. Pero a medio y largo plazo, son otras las consecuencias que pueden y suelen aparecer.
Ya en 1989, Tross y Holland, identificaban los siguientes, como los efectos psicológicos que habitualmente aparecían en una persona tras recibir el diagnóstico de cáncer:
- – Preocupación por la enfermedad
- – Miedo a las recaídas
- – Mayor miedo a la muerte
- – Sentimiento de daño físico
- – Sensación de vulnerabilidad
- – Incertidumbre respecto al futuro
- – Sensación de inadecuación personal
- – Percepción de control disminuida
- – Miedo al rechazo social
- – Ansiedad
- – Depresión
Todas ellas, son consideradas normales dada la magnitud de la situación. Cuando cualquiera de ella sea demasiado intensa o se prolongue demasiado en el tiempo es el momento de consultar con un Psicooncólogo/a.
¿Cómo afrontar estos miedos habituales?
Por tanto, estos son los puntos que puedes aclarar con tu equipo sanitario, preguntándoles siempre que quieras y lo necesites, para «mantener a todos estos miedos a ralla»:
- – Pregunta el nombre de tu enfermedad y el estado en el que está para contrarrestar el miedo y preocupación por la enfermedad y muerte
- – Pregunta sobre las características de los tratamientos que podrían afectarte físicamente, y de cómo se podría controlar esos efectos secundarios
- – Pregúntales sobre cómo mantener una vida activa y saludable para aumentar tu sensación de control y tomar las riendas (uno de los puntos que si llevas a cabo te darán más seguridad y bienestar rápidamente)
- – Si te preocupan las posibles recaídas, pregunta a tu equipo cómo y cada cuánto se harán los seguimientos.
Con estas pequeñas sugerencias podrás empezar a establecer los cimientos que te permitirán tener una mayor sensación de control y fortaleza. Pero recuerda: sólo tú sabes la información que necesitas en cada momento. No te preocupes si necesitas volverlo a preguntar más adelante o si olvidas alguna de tus dudas ante el oncólogo o cualquier otro profesionales. Anótalo todo y ve preguntando en función de lo que necesites en cada momento.
Siéntete bien, afróntalo con optimismo y vive sin miedo