ari-logotype_Mesa de trabajo 1

Mi triple relación con el cáncer

Os preguntaréis qué tipo de relación. Han sido 3 etapas.

 

1ª) El cáncer me pretende. 

A los 25 años y en la ducha me encontré un bultito en la mama derecha; seguí tocando hasta que tuve la certeza de que estaba allí.

Inmediatamente y sin perder tiempo, me fui a la consulta de un médico justo al lado de mi casa; no tenía ningún paciente y entré sin perder el paso. Se lo comenté y sí, me afirmó que estaba ahí, me tranquilizó y me dijo que volviera al día siguiente. Como había quedado con mis amigas, me fui y olvidé el tema. Pero cuál sería la sorpresa que a la vuelta a casa, mis padres ya estaban enterados y a los dos días tenía cita con un cirujano eminente en el Hospital de Morón de la Frontera.

No estaba asustada, pero sí extrañada y no comprendía qué estaba ocurriendo. El cirujano fue una persona amable, cariñosa y muy eficiente y, sin más, me dijo: operación.

Todo se desarrolló con mucha rapidez y en 10 días me vi hospitalizada y operada. La intervención había sido un éxito, me quitaron un buen bulto y me quedó una cicatriz considerable.

La primera opinión del médico era que no parecía maligno, cosa que después se pudo confirmar. Inmediatamente me incorporé a mi trabajo y día a día iba olvidando este incidente.

Pasado el tiempo, justo a los tres años y después de pasar unas menstruaciones muy desagradables me practicaron una histerectomía total y también con buenos resultados.

Durante la recuperación se remueven sentimientos profundos de miedo, desesperación, desconfianza, pena, dolor…

Empezaron todas las revisiones ginecológicas, siempre con buenos resultados.

 

2ª) Es mi novio

Tuvieron que pasar unos 20 años, y a cuentas revisiones ginecológicas que iba, mi insistencia era siempre mi mama derecha. Yo me había notado otro bultito y tanto el ginecólogo, como la mamografía me lo negaban, pero yo insistía una y otra vez.

Esta situación me hizo pasar por momentos muy desagradables con la persona que me acompañaba.

Por aquel entonces, y viniéndome a trabajar a Sevilla, busqué un centro médico y encontré a un traumatólogo y cirujano general que para mí fue mi ángel salvador. Este traumatólogo me estaba tratando de varias hernias discales y le comenté lo del bultito; se interesó muchísimo y a la semana, en el quirófano de ambulatorio me lo extirpó. Esto no era lo mismo… y así lo demostró Anatomía Patológica: “carcinoma ductal infiltrante estadio 1”.

Y con toda la urgencia posible y con una cirugía total, me extirparon el pecho y 28 ganglios. De nuevo Anatomía Patológica… Los bordes están muy limpios y el oncólogo decide que nada de quimio ni radio, pero sí “tamoxifeno” durante cinco años. Un gran alivio, pero el miedo y el dolor se instalan en mi cuerpo.

Cada seis meses mis revisiones y todo bien. Pasados cinco años y deseando dejar el “tamoxifeno”. En una mamografía me detectan células malignas en el pecho izquierdo. Esto fue un golpe muy duro que yo creía que no iba a poder superar. Como siempre y sin perder un segundo fui en busca de mi médico, él me consoló y, en un plis-plas, me volvió a operar. Me conservaron la mama y otro vaciamiento axilar importante. Me encontraba hundida y desesperada. La tristeza se instaló en mi vida. En este segundo episodio, me dieron 35 sesiones de radio y otros cinco años con “Aromasil”.

Había oído hablar de una asociación; AMAMA SEVILLA; Asociación de Mujeres mastectomizadas, y que hoy es Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama.

Fui y me encontré con un gran grupo de mujeres fuertes, acogedoras, luchadoras y divertidas, y que fueron mi salvación. Con ellas aprendí a valorar la vida y a encontrarle sentido a muchas cosas, a saber del tema, a luchar por ti misma y por los demás.

La asociación avanza cada día más y somos muchas las mujeres comprometidas en esta lucha de vencer al cáncer.
Defendemos la investigación y realizamos todo tipo de actividades para contribuir económicamente a proyectos de investigación de nuestros hospitales.

Sigo trabajando en la asociación, y con las revisiones cada seis meses.

En una de esas revisiones, el oncólogo que me llevaba estaba fuera y un compañero suyo me detectó en la cicatriz del primer pecho una recidiva. Vuelta otra vez a las andadas y cuanto ello significa; buscar con desesperación a mi ángel salvador y con la misma rapidez, operación y dolor, mucho dolor…

Ya no volví más a mi oncólogo, –me reservo mi opinión—; lógicamente tengo otro, que volvió a recetar otras 35 sesiones de radio y cinco años más con “Loxifan”.

En nuestras charlas, a parte de la prevención y detección precoz, hablamos de reconstrucción. Yo no estoy reconstruida porque el miedo al dolor es muy grande.

A grandes rasgos, esta es mi relación con el Cáncer.

 

3ª) Hoy día estoy felizmente casada con él.

Después de tanto dolor, estoy contenta por cómo ha avanzado, gracias a la investigación, todo lo referente a:

  • La cirugía y tratamientos,
  • El estudio del ganglio centinela ha supuesto evitar a muchas mujeres la mutilación axilar.
  • La cirugía de la mama es cada vez menos agresiva, con la esperanza de su total desaparición.
  • Los tratamientos personalizadosTodo ello está haciendo que el cáncer, hoy por hoy, ya se considere una enfermedad crónica.

Si en algún momento volviera a reaparecer “mi bichito”… no dudaría ni un momento en participar de cuantos ensayos clínicos me propusieran. Porque lo que realmente cuenta, es luchar y luchar por mí misma y por todas las demás mujeres y hombres que vendrían.

Tenemos que confiar y exigirle a todo el sistema de salud, por que haya un gran personal, muy bien formado y cualificado.

Y por último, tenemos que exigir con todas nuestras fuerzas… HUMANIZACIÓN.

Me preguntas, ¿cómo me sentía?. Inmensamente  triste y desolada y no podía comprender y sigo sin comprender  porque tantos azotes me ha dado la vida y como he podido superar todo esto. ¿Cómo me siento…?Fuerte, luchadora,con ganas de seguir  adelante.

Gracias.

Afectada de cáncer. 
 
 
 
 

Siéntete bien, afróntalo con optimismo y vive sin miedo

ÚLTIMOS POST