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8/12. Laura, cáncer a los 26. La fuerza, la sinceridad y el morro para afrontarlo

La encontré un día por casualidad en Instagram. Me llamó mucho la atención su sinceridad ante los días de mierda, antes lo días buenos, ante la vida.

Me encanta de ella su espíritu de lucha, es inconformista pero acepta y sigue a pesar de todo, de los dolores, de las decepciones e incluso de su recaída.

Te presento a Laura o como quizás la conozcas @ra_lau, mi Súperheroína número 8.  Alguien que no teme ponerle los puntos sobre las íes a los demás, que es pura fuerza, que planta cara con unos buenos morros y estilo propios.

Hoy la fuerza, la sinceridad y la potencia en mi cadena de entrevistas. Unas respuestas que no te dejarán indiferente.

¡¡ Gracias preciosa !!

A: ¿Qué edad tenías cuándo te diagnosticaron cáncer?¿De qué tipo? ¿Cómo era tu vida en esos momentos?

L: La primera vez que me diagnosticaron cáncer de mama tenía 26 años, mi vida era sencilla, estudiaba oposiciones a Maestra y acaba de terminar la licenciatura de Psicopedagogía, además trabaja como monitora en un colegio.

A mis 30 años, tuve una recaída hepática, es decir me diagnosticaron metástasis en el hígado. Hasta ese momento había intentado darle un giro a mi vida, viendo que las oposiciones no salían bien, iba a irme a Alemania a trabajar como maestra, pero mi objetivo se quedo estancado.

A: Antes de la enfermedad, ¿habías estado sometido a mucho estrés o alguna situación que te resultara especialmente dura de afrontar?

L: Mi vida es un contínuo estrés, y lo sigue siendo. El estrés que supone el trabajo, estudio y además intentar sacar tiempo para realizar deporte.

A: ¿Qué tratamientos recibiste?

L: Con el cáncer de mama recibí tanto quimioterapia como radioterapia, y por supuesto, extirpación del tumor (me conservaron el pecho), estuve los tres meses posteriores con vacunas y anticuerpos. Tenía previsto durante cinco-diez años el dichoso tamoxifeno (inhibidor de hormonas) junto con el pinchazo de zooladex trimestralmente. Pero a los tres años de tratamiento apareció la metástasis.

Con el cáncer de hígado he recibido quimioterapia y actualmente estoy con inmunoterapia, vacunas y anticuerpos. Diariamente tomo Loxifarm que sustituye al Tamoxifeno, y Neurontin que son pastillas que calman los sofocos y supuestamente los dolores corporales tan fuertes que tengo, me sorprendió saber que estás últimas pastillas es innecesario tratamiento para gente epiléptica.

A: Si tuvieras que elegir, ¿cuáles serían los 3 peores momentos a los que te has enfrentado durante tu proceso? ¿Por qué?

L: La caída del cabello la primera vez fue uno de los peores momentos, sobre todo mirarte al espejo y no reconocerte. La gente suele eludir que es algo físico, pero estar enferma y no reconocerte en el espejo no ayuda nada.

Uno de los momentos más duros con este cáncer ha sido el darme cuenta que no podía hacer tantas cosas como hice con mi primer cáncer. No tener las suficientes fuerzas como las tuve con el primero, para mí es algo duro, que el cáncer te limite tu día a día.

Pero el peor momento de mi historia con el cáncer es cuando te dicen que nunca vas a poder ser madre, biológicamente hablando. El día que te dicen que gestar un embrión sería una bomba para ti ya que tu cáncer es hormonal. En ese momento, en el que desde niña he querido familia numerosa, ves destruido otro de tus sueños. Me costó bastante asimilarlo, me he sentido avergonzada de ello, y a día de hoy ya soy capaz de hablar del tema.

A: Pasar un cáncer es un época de muchos cambios, ¿cuáles tuviste que hacer tú? ¿Qué otros cambios observaste?

L: Como ya he comentado, con mi recaída y al someterme a quimioterapia por segunda vez, el cuerpo no actuaba como yo me esperaba. Cuando me diagnosticaron cáncer no quise cambiar nada de mi vida, no quería que éste me limitara, así que he seguido siempre trabajando. Trabajo como monitora de comedor por las mañanas y por la tarde en una tienda de bolsos y complementos, ambas empresas conocen mi situación y siempre que he necesitado algo me lo han proporcionado, en ese aspecto he tenido mucha suerte, porque nunca sabes cómo va a reaccionar la gente y sobre todo en el trabajo.

Yo he recibido quimioterapia y después he ido a trabajar, cosa que la gente no suele entender, pero yo lo necesitaba. Aunque ya en las últimas sesiones si necesitaba cogerme un par de días de baja.

En cambio, tuve que dejar de estudiar. Mi oposición se quedó estancada, aunque hoy en día he vuelto a retomar los estudios y con más ganas. Siempre me han diagnosticado cáncer en el proceso de oposición, esperemos que este año tenga más suerte, y en vez de otro bicho tenga una plaza.

Otro de los cambios fue mi alimentación, ya que antes de mis 26 años nunca había comido verdura y mi alimentación más bien se basaba de comida basura, fritos y dulces. Actualmente no tomo sal, azúcar, y el aceite justo en mis comidas. Tomo pescados, verduras y una alimentación lo más saludable posible. Aunque tengo vida social, y cuando salgo se me olvidan todas estas cosas.

A: Actualmente dirías que tienes alguna secuela física o emocional, ¿qué ha cambiado en este sentido?

Muchas, si me pusiera a enumerar creo que no terminaría. Lo bueno es que estas secuelas a veces desaparecen, aunque para dejarle paso a unas nuevas. Cansancio, dolor corporal, retención de líquidos, problemas de circulación, falta de memoria, linfedema, sequedad vaginal. Podría seguir nombrándote, pero no es cuestión de desanimar a nadie. Yo me consuelo pensando que sí ese malestar se fue el de ahora también se irá. Todo es aprender a vivir con ello.

Emocionalmente claro que sí y mucho, creo que aceptar tu situación es muy complicado. Estoy viva sí, pero a un precio que a veces cuesta llevar. En el momento en el que estas sometido a quimioterapia todo es más tranquilo, el problema llega después. La gente se piensa que el terminar con la quimioterapia ya ha terminado lo peor, y no.

Realmente todo empieza ahora, saber que tienes que convivir con ese cáncer, aprender a llevar tu vida nueva, aceptar todas esas limitaciones y tu enfermedad. Creo que ese es el proceso más costoso. Pero gracias a Dios ya soy consciente de ello, después de cuatro años creo que ya está bien reconocer que no siempre tienes porque estar arriba, sino aprender a derrumbarte para poder seguir creciendo.

A: La gente de siempre, ¿supo reaccionar o todavía hoy se alejan al sabernos enfermas?

L: Perdí mucha gente cuando me diagnosticaron cáncer de mama. Mucha gente no sabe reaccionar, mucha gente no sabe como tratarte. Pero es muy sencillo, trátame igual que siempre. Hoy en día sigo descubriendo que hay personas sin saber que estaban y las que creías que estaban se alejan. Pero eso es un contínuo en la vida, la gente viene y va. Y el cáncer me ayudo a reconocer quien estaba realmente conmigo

A: Dime una palabra que resuma los peores momentos con el cáncer

L: Miedo.

A: ¿Alguna vez te planteaste o te has planteado ir a una Psicooncóloga? Si es así, ¿cómo ha sido tu experiencia?

L: Con mi primer diagnóstico el oncólogo me remitió a una… aún no se porqué. Creo que no dí con la mejor Psicooncóloga del momento, pero aun así, yo nunca creí necesitar una. Te sientes tan fuerte que no te ves enferma. Mi problema fue que nunca me dejé o creí necesitar ayuda.

A: Y, ¿cuáles han sido los 3 mejores momentos de tu proceso?

L: 1. Las risas que me he echado con mis amigas y mis pelucas, los momentos de enfadarme con ellas y tirarles la peluca, o poner incomodo a alguien desconocido quitándome la peluca.

2. El poder transmitir apoyo a otras personas que están pasando por la enfermedad, y sentir también ese apoyo de otras personas por las redes sociales. Creo que es algo maravilloso.

3. La relación con mis padres. Esto nos ha unido más y a ellos les ha hecho más fuertes.

A: ¿Ahora eres más feliz? ¿Cuál ha sido tu receta para sentirte mejor?

L: Si, soy feliz. Me faltan muchas cosas en la vida, me falta aprobar mi oposición, estar menos cansada… Pero soy feliz. Estoy viva, y esa es una sensación que solo los que hemos pasado algo así sabemos sentir. Levantarte todas las mañanas pudiendo respirar es maravillloso, el olor a café, el olor a hierba recién cortada, el olor del mar…

La mejor receta: ríete, ríete de todo, ríete de ti misma, ríete con tus amigos, ríete con tu familia. Esa es la mejor receta.

A: En una sola palabra, ¿qué te ha aportado vivir esta dura enfermedad?

L: Vida

A: ¿Qué consejo le darías a otra persona en tu misma situación?

L: Mi consejo es que asumas que es una putada vivir esta situación, pero que no nos queda otra, así que lo mejor es vivirla de la mejor manera posible. La vida le da las peores batallas a las mejores guerreras, así que no nos queda otra. Lucha y ve a por ello, no tienes que demostrar nada a nadie, solo a ti misma. Luego nada volverá a ser lo mismo.

Os dejo un trozo de un libro de Albert Espinosa “Los secretos que jamás te contaron” y que explica muy bien la sensación de levantarte todos los días y agradecer a la vida el estar vivo:

“Las pérdidas son ganancias. Es la base de este mundo. Es el centro de gravedad para ser feliz. Sé que te han enseñado a no perder, a entristecerte, a buscar la felicidad, a no enfrentarte a tus miedos, a vivir en silencio, a temer, a no luchar, a conformarte…¡Olvida lo que te han enseñado! ¡Todo eso no vale para nada! Esas reglas fueron creadas para que no protestes y para que no seas feliz. Llegados a este punto, has de decidir si quieres ser feliz. Si quieres cambiar tu vida, es el momento… Tú debes ser voleador, darle a la pelota antes de que toque tierra. El voleador es rápido e intuitivo contra la vida y las injusticias. Ser voleador es básico en esta vida. Hay que arriesgarse. Arriesgarse es siempre la respuesta…Para ser voleador y para ser feliz te explico que este libro no se lee, sino que se aspira. ..De eso se trata, de inspirar para alcanzar la felicidad, para ser feliz cada día. Nada de lo que leas aquí te cambiará si no lo pasas a través de tu filtro, de tu forma de volear, de darle a esa pelota que es la vida, y eso se consigue inspirando. Si inspiras, cambias. Tan sencillo como eso, pero tan complicado a la vez. ¿Cómo es posible que nadie te lo haya contado? Pues porque las cosas importantes de este mundo jamás las explica nadie; son esos secretos que jamás te contaron. Yo los he aprendido gracias a cientos, miles de personas que han descubierto piezas de ese puzle y las van depositando, en conversaciones, en libros, en canciones y en retazos de su propia vida. Tener el puzle completo depende de ti, de esas leyes de la naturaleza que somos cada persona y que nos debemos cumplir. Yo te daré las herramientas para que sepas qué debes inspirar. Tú debes inspirar y volear.”

Laura Sánchez Álvarez
@ra_lau
Superviviente de cáncer.

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