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Las 6 reacciones emocionales ante el cáncer más habituales

“Y estaba  frente a mí con la mirada perdida. Parecía que se había quedado petrificada. No hablaba, no hacía nada. Sólo permanecía frente a mí, sentada, tras darle la mala noticia»

El diagnóstico de cáncer genera un fuerte impacto tanto a la persona afectada como a su entorno más cercano (familia, amigos…) Cada persona es un mundo, luego, cabe esperar que cada uno de nosotros reacciones de una manera personal ante un noticia de tal magnitud.

Sin embargo, las investigaciones en este campo, han demostrado, que aunque cada uno lo hace a su manera, sí que existen 6 etapas por las que todos solemos a pasar.

No son fases consecutivas, es decir, no tienen por qué pasar una detrás de la otra, siempre en el mismo orden o incluso ocupando el mismo tiempo cada una. Son fases que nos permiten reaccionar y procesar todo lo que se viene, por lo que cada uno necesitará su propio tiempo en cada una de ellas.

Además, lo más habitual es que «saltemos» de una a otra rápidamente. Tranquila, los saltos cada vez serán más pausados y tranquilos hasta que te estabilices.

Etapas emocionales tras un diagnóstico de cáncer

El que te comento ahora, suele ser el proceso más habitual, aunque insisto en que no siempre son etapas consecutivas, son estados emocionales por los que debes pasar y en los que te puedes atascar.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
  1.  Al principio existe una sensación de irrealidad de “esto no me puede estar pasando a mi” (Shock)
  2. Luego aparece el miedo. Todavía hoy la palabra “Cáncer” suscita miedoy preocupación, a pesar de los avances médicos y tecnológicos. Miedo ante el propio diagnóstico, a los cambios, a los tratamientos, al dolor, etc.
  3. Se pasa a la negación: “esto no está pasando, deben haberse equivocado, no puede ser para tanto”. Es el momento en el que se suelen hacer consultas a otros especialistas y se buscan segundas opiniones médicas.
  4. Aparecerán sentimientos de rabia o ira, “esto no es justo, no lo merezco”.
  5. Más adelante se pasará a un etapa de tristeza y llanto, preocupación, sufrimiento por todo lo que está sucediendo (“depresión”, nunca entendida todavía como diagnóstico clínico).
  6. Para finalmente llegar a la aceptación o integración de la situación.

En función de como has manejado otras pérdidas o fuertes frustraciones en tu vida, podrás pasar de forma más profunda o menos por cada etapa o incluso que sientas que algunas se mezclan. Lo que explicas que te puedas estar sintiendo como una «montaña rusa«.

Hay que decir que todas estas reacciones son normales y adaptativas. Es  bueno y necesario que aparezca para una buena adaptación al proceso oncológico. Cada vez irán siendo menos intensas hasta que te vallas familiarizando con el proceso de enfermedad y empiece a aumentar su sensación de control.

Son etapas que los familiares y amigos también viven al enfrentarse a la experiencia de tener a alguien en esta situación durante su propio proceso de adaptación a la misma.

Decir que ellos lo experimentan de forma menos intensa, es cuanto menos mentir. En su caso va a depender de quien sea la persona afectada, de como funciona el sistema familiar, y otros factores que te explico aquí, y que te ayudarán a entender como les impacta a ellos, hay que además de estas fases emocionales, existen otros factores que afectan al equipo.

¿Cuándo consultar con una Psicooncóloga?

Como te adelantaba más arriba, muy frecuentemente, se hace terriblemente complicado no quedarse atascado en una de esas fases como puede ser la rabia, el miedo o la tristeza. Cualquiera de las etapas o reacciones emocionales dejan de sernos de utilidad (adaptativas), cuando:

  1.  Son demasiado intensas: por ejemplo; cuando al rabia está dirigida hacia sí mismo o lo demás, y no hacia la situación y no haces más que machacarte, culparte y decirte de todo menos bonito).
  2. Duran demasiado en el tiempo: por ejemplo, no acaba de asumir que realmente le pasa algo tras varios meses y decides no darte los tratamientos; un miedo permanente que te petrifica ante la vida; una rabia que hace que pierdas todos los apoyos sociales; un sentimiento de estar perdido y no saber por donde tirar, etc.).

Cualquiera de estas dos situaciones provocará desajustes, desadaptaciones y problemas de adherencia a los tratamientos que pueden ser peligrosos para la salud y tu vida. El dolor emocional que esto genera, es realmente desbastador y entorpecerá todo el proceso. Haciéndotelo vivir con mucho más dolor del que es necesario.

Consúltame si te encuentras en alguna de estas situaciones para empezarlo a resolver y que aprendas a liberarte de esas emociones intensas que interrumpen tu vida.

Ariadna González
Psicóloga Sanitaria y Psicooncóloga.

 

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